Dos obispos en diez hectáreas
Un baptisterio visigodo excavado en la basílica de Sants Just i Pastor obliga a reescribir la historia de Barcelona

La sacristía de la basílica de los Sants Just i Pastor de Barcelona ha escondido un secreto durante siglos. Se sabía que el templo, dedicado a estos dos jóvenes que murieron tras ser martirizados por el emperador Diocleciano, al no querer renegar de su fe, tenía una larga historia. Incluso unas excavaciones arqueológicas realizadas en 2011 habían hecho aflorar restos del siglo I, de época fundacional de la colonia romana. Pero ahora, la localización, durante una nueva excavación realizada en la sacristía, de una piscina bautismal del siglo VI, da un giro a la historia del edificio y, de rebote, obligan a reescribir una parte de la historia de Barcelona, la vinculada con la presencia de los visigodos en la ciudad.
La presencia de una pila bautismal se ha de vincular con la actividad de un obispo —el bautismo en los primeros siglos del cristianismo estaba reservado solo a ellos y se realizaba una vez al año—, pero Barcelona ya contaba con su grupo episcopal, formado por una basílica, baptisterio, iglesia, palacio y sala de representación del obispo y palacio del conde visigodo, localizado bajo la actual catedral gótica; unos restos bien estudiados y publicados.
“Con el hallazgo de estos nuevos restos todo empieza a encajar”, aseguró ayer la arqueóloga Julia Beltrán, conservadora jefe del conjunto Monumental Plaza del Rey del museo de Historia de Barcelona. Según Beltrán, cuando el rey visigodo Ataulfo y su bella Gala Placidia —con la que se casó tras raptarla y apartarla de su padre, el emperador Teodosio—, que eran arrianos, se instalaron en Barcelona el año 415, atraídos por esta ciudad que lucía orgullosa una nueva muralla llena de torres, optaron, para establecer su culto, el núcleo episcopal situado bajo la actual catedral gótica, y desplazaron a los católicos locales a Sant Just, donde ya había una antigua iglesia
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